“A TORNALLOM”
Enlace del vídeo: http://video.google.es/videoplay?docid=-1969880704661946327
“A
tornallom” es una expresión que ha sido tradicionalmente utilizada en el
levante valenciano para definir la cooperación sin retribución económica.
Este
documental, trata la experiencia de los vecinos del barrio de La Punta de
Valencia, los cuales desarrollan una estrategia de lucha en contra las
políticas que pretenden convertir la tierra donde han vivido siempre, en una
Zona de actividades Logísticas (ZAL), una plataforma de tráfico marítimo de
contenedores.
Desde la
animación Sociocultural, como vemos en el capítulo II La educación social en el
municipio: Cultura y participación Social. La relación entre educación y
municipio se articula desde tres ejes fundamentales desde los que promover el
desarrollo comunitario: cultura, participación social y desarrollo local. En
este documental vemos como estos principios no solo no son promovidos, sino que
son reprimidos por el capitalismo más salvaje, movido por el proceso de
globalización.
En primer
lugar la participación, la comunidad
de vecinos decide formar una asociación para formalizar sus demandas y poder
transmitírselas al gobierno de la ciudad, desarrollan acciones protesta,
redactan manifiestos, dinamizan actividades dentro de los espacios defendidos…
pero todo esto no supera los aportes económicos que un proyecto como la ZAL daría
a las empresas valencianas, esta participación es ignorada y traicionada por
intereses económicos.
En segundo
lugar la cultura, estamos artos de
oír que como educadores debemos fomentar la creación cultural de base, desde la
ciudadanía, la cultura en la calle. Pues el barrio de la Punta tiene todo eso y
mucho más, es un barrio en el que las casas y las alquerías tienen nombre, el
nombre que acompaña a las familias, donde se vive a un ritmo diferente al de la
ciudad, donde es frecuente estar en casa de los vecinos, conversando, ayudando,
o juagando a las cartas. Como expresa un vecino en el video, la tierra es un
legado ancestral, que ha pasado de generación en generación, cuando a un
agricultor le quitan su tierra, es como si le arrancasen a su propio hijo. Por
tanto, el que expulsen a la población de su tierra, no es una deportación
física, sino una deportación vita, cultural.
Por último
el desarrollo local, desde el que
una comunidad que tiene un sentimiento de autodeterminación, es legítima de
imponer su modelo y ritmo de desarrollo. En el documental se expresa muy bien
por parte de los vecinos cual es el desarrollo que persiguen, y también se ve
muy claramente como las fuerzas del estado mediante amenazas, engaños y
represión intentan vulnerar ese derecho a la autodeterminación de la comunidad
para expulsarlos de sus vidas sin ni si quiera darles tiempo a recoger sus
cosas.
Hoy sabemos
que la comunidad perdió la batalla, y que a pesar de todo lo que lucharon, la
fuerza de la globalización pudo con ellos. Pero creo que nos muestra un camino
de lucha y participación ciudadana, que a pesar de tener un final triste, nos
puede enseñar mucho.
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