El “Auditori
de Valencia” vanguardia o paleolítico
Todos conocemos este edificio diseñado por Antonio Calatrava,
algunos creen que está a la vanguardia estética del momento (cosa que los
componentes de este blog cuestionamos). De lo que no existe discusión es que su
funcionamiento y gestión educativa es paleolítica.
Además de ser uno de los equipamientos que han condenado el presupuesto cultural de la ciudad de Valencia, trabaja una política cultural que considera la cultura como patrimonio superior orientado a un público determinado, mejor dicho a la instrucción cultural del público.
Los precios de las entradas la hacen inaccesible para la gran
mayoría de la población Valenciana, y por muy caras que sean las entradas con
los cuatro gatos que van a la opera no se cubren los gastos de este “caparazón
cultural”. Si, no se cubren los gastos, porque es esta la lógica que siguen las
políticas culturales de la ciudad de Valencia, políticas de corte neoliberal,
las lógicas de la eficiencia económica.
Lo único que ofrecen fuera de la línea de la oferta cultural
para la clase alta, es un programa que trata de acercar la música a los centros
educativos, curiosamente todo el programa son cuatro actividades a las que los
centros deben apuntarse (si es que adivinan que existe este programa) y todos están
impregnados de un cierto aire de “me apunto al carro de los programas educativos
en cultura”.
Los educadores que trabajemos en equipamientos culturales
como estos, debemos aprender de las experiencias llevadas a cabo en otros
lugares, como es el caso de ARTIUM que desarrolla un programa educativo
integral, expuesto en el libro “Acción pedagógica en organizaciones artísticas y
culturales”, que piensan el museo como un lugar donde poder dialogar disfrutar,
tomar un café, o simplemente no hacer nada.
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