domingo, 15 de abril de 2012

Espacios públicos con unas normas a seguir

En la línea de Lyn H. y John Lofland definen espacio público como “aquellas áreas de una ciudad a las que, en general, todas las personas tienen acceso legal. Calles, parques, edificios públicos y zonas públicas de los edificios privados”. (El acceso a una zona privada puede ser de restricción legal).

Ahora en la actualidad las acepciones de espacio público por parte de diseñadores, arquitectos, es un conjunto de lugares de libre acceso en el que se desarrolla una determinada forma de vínculo social y de relación con el poder.
Espacio público está fuertemente unido al ámbito político. Éste utiliza en sus discursos la esfera pública y lleva a cabo, a través de una ideología pensada a su interés y sin tener en cuenta al principal protagonista que sería ese ciudadano de a pie, actuaciones muchas veces alejadas a la demanda de los ciudadanos.
Hacen de esos espacios públicos sitios tranquilos donde no se produzca altercado alguno -y estas alteraciones pueden ser producidas por el mismo sistema a consecuencia de actos que realizan, desembocando en marginación, exclusión.. en las que contando con las 3 zonas denominadas por Castell todos pueden “caer”- Tratando las plazas de las ciudades por ejemplo como zonas de tránsito dónde la gente no pueda reunirse y no pueda ser utilizada con otro fin que no sea el de paso. Aun así, los ciudadanos en muchas ocasiones hacen de esos lugares los suyos propios dándoles otro uso y sin embargo viéndose penados por ello mediante la violencia o la represión.
Todo esto va envuelto en el lema de que nada estropee la buena convivencia ciudadana en un: esto es lo que debe hacerse, en, así deben ser las cosas y hacerse, que en realidad podría denominarse en una propuesta debería ser.
En ese discurso del que hablamos, el sistema cuenta con la aprobación de la clase dominante que es un porcentaje bajo de la población, el cuál somete a la otra parte mayoritaria a la sumisión. Y es que la dominación (subliminal en muchos casos) no solo domina sino que también dirige y orienta el pensamiento, la conducta, la acción y la actitud social de los ciudadanos.

Nos planteamos, ¿qué puede estar fallando? ¿considerar la participación social de la ciudadanía cómo una mera votación cada cuatro años y no haber una involucración más allá de ello?
El lugar dónde se pueden cuestionar los asuntos sociales, las demandas y demás conciernen tanto a los poderes políticos como a la ciudadanía en sí, sin ser estar éstos viéndose sometidos a lo que quieren los primeros.

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